Una pregunta que recibimos mucho es… “y eso de mandarina, ¿por qué? ¿cómo os dio por llamar así a un proyecto de psicología?”
Hemos resuelto esta duda en ocasiones vía historias de instagram pero queríamos dejarla por aquí y que la tuvieseis tod@s.
Todo empezó con Carmen, en el primer año de carrera:
Carmen:
No pude llegar a la facultad de psicología con mayor ilusión. No sabéis la de veces que había deseado que esa aventura empezase. Estudié psicología porque no valoraba ninguna otra opción.
Pero la verdad, es que, pese a que, desde que recuerdo me ha encantado conocer y entender la mente humana, no la consideraba tan importante como me di cuenta años después que era. Todo empezó cuando comencé a obtener datos espeluznantes en una charla de sensibilización. (Compartimos datos actualizados aunque eran igual de alarmantes en su momento).
— > La ansiedad afecta a más de 10 millones de españoles. VII congreso nacional de ansiedad y trastornos comorbidos.
— > Hay 10 muertes al día por suicidio. Plan nacional para la prevención del suicidio.
— > Las muertes por suicidio duplican a las que producen los accidentes de tráfico y son 80 veces superiores a las que causa la violencia machista. Plan nacional para la prevención del suicidio.
— > El suicidio es la primera causa de muerte externa, es decir, por causas no naturales, en la población general. Plan nacional para la prevención del suicidio.
— > En la población infanto-juvenil (entre 15 y 29 años) es la segunda causa de muerte general por detrás de los tumores Plan nacional para la prevención del suicidio.
Mi mente empezó a ir a mil por hora. Me alarmó que la sociedad se estuviese dirigiendo a algo así. Todos los estudios indicaban que estás cifran irían en aumento y yo solo me podía preguntar y preguntar, ¿qué está pasando? Y ¿Qué podemos hacer?
Así que , en uno de los primeros trabajos libres que podía decidir el tema, escogí investigar para averiguar y conocer las diferentes vías psicoeducativas que existían para disminuir dichas cifras. Mi sorpresa fue que no encontré nada. Encontré infinitos anuncios de la DGT pero recordemos que es la segunda causa de muerte y no la primera. Me pareció increíble que nos estuviésemos saltando la primera causa.
Y supongo que gracias al shock y a que mi trabajo había dejado de tener sentido , nació mandarina.
En ese momento decidí redirigir mi trabajo y crear un proyecto que cubriría ese espacio, que le daría voz a todo lo relacionado con la salud mental y que lucharía contra los estigmas y favorecería la normalización. Aún recuerdo a mi profesor preguntándome por qué lo llamaba mandarina. Le conté que (atención esto es cursi) todos éramos como los gajos de una mandarina. Que éramos iguales, y a la vez diferentes y que si quitabas uno de ellos la mandarina no podría volver a formarse.
Así fue como mandarina se convirtió en una idea y un logo y pasó a ser el fondo de la pantalla de mi ordenador y móvil durante años. Mientras, yo emprendía mi vida profesional. En ese momento no lo sabía, pero faltaba una pieza fundamental, María.
María:
Decidí estudiar psicología una tarde de verano que veía una película de video en casa de mi abuela, bueno nuestra abuela, (Carmen y yo somos primas) Mercedes. Cuando mis padres nos dejaban pasar la tarde en su casa, era un super plan: helados y peli del video club. Esa tarde vimos Ane, y esa niña me ayudó a descubrir que de mayor me dedicaría a “deshacer los nudos que a veces se forman en nuestras cabecitas y que tanto duelen porque nos hacen ser disfuncionales”.
Pasaron los años… primero me dejé ver por el fantástico mundo de los recursos humanos. Fue una etapa que disfruté y aprendí muchísimo. Pero siempre supe que era provisional. Durante esos años, fui recopilando piezas especiales, cabezas, láminas de psicología…. porque sabía que algún día decorarían mi consulta.
Y ese momento por fin llegó. Creé con la súper ayuda de nuestra prima, Ana, Quítate el miedo y sonríe. Estaba feliz. Era mi proyecto. Me gustaba poder marcarme el ritmo porque eso me permitía ofrecer el mejor cuidado a mis pacientes. Quítate el miedo y sonríe cumplía ya 6 años. Todo en mi vida profesional estaba perfectamente encajado, pero echaba de menos a un compañero en el camino y no me valía cualquiera. Nuestro trabajo es muy solitario, pese a estar todo el día viendo a pacientes, es fácil sentir cierta soledad, siempre está uno solo trabajando. Y eso era algo que me pesaba.
Cuando creas algo con mucho esfuerzo y mucho mimo, es difícil encontrar a alguien que cuide a tu proyecto tal y como tu lo haces.
Y nos vamos al nacimiento de mandarina, allá por el sábado 21 de Abril de 2017. Este fue uno de los días más difíciles que Carmen y yo vivimos juntas. Nos llamaron porque nuestra abuela había fallecido.
Si mi abuela hubiera nacido en nuestra época sería una mandarina más, lo tenemos claro. Quizá de ella hemos heredado el espíritu emprendedor.
Ese día decidimos Ana, Carmen y yo que haríamos juntas el Camino de Santiago, que llevaríamos uno de los rosarios de la abuela a Santigo de Compostela. Y así lo hicimos (todavía pensamos que ella lo orquestó todo).
Durante ese Camino, hablamos y hablamos… no nos quedaba otra que repasar toda nuestra vida. Además Ana, que entre otras cosas es presentadora en un programa de entrevistas, y se le nota, nos iba preguntando sobre nuestros objetivos, miedos, anhelos… y Carmen empezó a contar sobre mandarina. Decía que le daba pena que nuestra abuela no viviese, al menos, el nacimiento de mandarina. Poco antes de fallecer, mi abuela había recopilado todos los puntos del periódico para regalarle a Carmen una impresora que ahora nos imprime todos los expedientes.
Y ahí, no paramos de hablar de mandarina hasta llegar a Santiago.
Decidimos que el nombre definitivo sería somos mandarina, porque era mucho más inclusivo. Porque el mensaje principal es que todos cabemos aquí.
Cuando llegamos a Santiago fue uno de nuestros deseos. Ese verano casi ni existió porque Carmen y yo estuvimos sentadas en mi salón para orquestarlo todo. Nos costó tiempo y esfuerzo crear procesos estandarizados para que no se viesen afectados los pacientes que teníamos cada una por nuestro lado, pero la verdad que hemos ido coincidiendo en todo. Me costó despedirme de Quítate el miedo, pero sabía que su etapa había finalizado y que en el paso a mandarina se vendrían conmigo todos mis pacientes porque lo fui compartiendo con ellos. Y la verdad que me acompañaron felices.
Y esta aventura, qué bonita está siendo.
Es la segunda vez que levanto un proyecto y le estoy cogiendo el gustillo. Eso si, tener a Carmen conmigo está siendo fascinante.
Somos mandarina sois todos vosotros. Nos ayudáis en la normalización y visibilización.
Gracias. Estamos creando una comunidad de mandarinos que queremos sepa mucho de psicología.