El término psicológico para esta alteración es ALEXITIMIA. Se puede dar tanto en personas que han sufrido una lesión cerebral (alexitimia primaria) como por un trastorno en el aprendizaje emocional (alexitimia secundaria).
A Luis le dejó su novia. La relación de pareja se había estancado tras unos meses porque ella no percibía que él le transmitiera sentimiento alguno.
La familia del joven le animó a acudir a la consulta del psicólogo al comprobar que no entendía las razones del abandono, aunque tampoco veían que hubiera un sufrimiento aparente.
“Los alexitímicos no saben poner etiquetas a eso que están sintiendo”, explica la psicóloga Julia Vidal, directora del centro de investigación Área Humana Psicología, quien ha tratado varios casos en su consulta.
“Suelen estar con su pareja porque toca, observan y siguen las normas, hacen lo mismo que el entorno. Sí llegan a sentir atracción y tienen relaciones sexuales, pero no expresan nada más. Cuando les abandonan lo único que alcanzan a decir es que creen que se sienten mal”, apunta la experta.
Estas personas no carecen de emociones, están ahí, pero tienen que desarrollarlas. La incapacidad de sacarlas fuera provoca que somaticen, que se refleje en su estado físico, lo que no pueden verbalizar, ni gestualizar.
El perfil del alexitímico responde a una persona distante, rígida, sin sentido del humor, introspectivo y aburrido, carente de imaginación.
Sin embargo, añade la psicóloga, “necesitan la aceptación social, son obedientes con sus superiores, se relacionan con sus compañeros, tienen un comportamiento social correcto pero no tendrán una conversación personal porque carecen de empatía, no saben identificar bien las emociones de los demás”.
También tienen dificultades para adoptar decisiones, ya que en ese proceso no sólo se emplea la razón, también la emoción juega un papel fundamental.
La psicología trata la alexitimia secundaria, la que resulta de un desorden en el aprendizaje emocional. Es muy importante haber sido educados en describir lo que sentimos y como actuamos al respecto. Si la alexitimia no se trata puede degenerar en depresión, aislamiento social por falta de empatía y desarrollo de problemas psicomáticos. Incluso en algunos casos puede derivar en problemas de alcoholismo, drogas y trastornos alimentarios.
Evaluación de la Alexitimia
Para evaluar la alexitimia en población española se puede emplear el Cuestionario adaptado TAS 20: Escala de Alexitimia de Toronto de 20 elementos, un cuestionario autoaplicado con cinco posibilidades de respuesta que permite detectarla.
Tratamiento de la Alexitimia
Cuando se revisa la bibliografía de la alexitimia llama la atención la escasez de publicaciones sobre su tratamiento. Los pacientes alexitímicos rara vez buscan terapia por su propia voluntad. Generalmente cuando buscan tratamiento es debido a la presión de alguna persona importante para ellos. Este tipo de presión es ejercido principalmente por el cónyuge o pareja que se queja de la pérdida de comunicación en su relación, o por parte del médico, que se siente incapaz de encontrar una explicación a las quejas físicas vagas, cambiantes y refractarias al tratamiento médico (Swiller, 1988).
Swiller (1988) propone un tratamiento para la alexitimia, que combina la terapia individual con la terapia grupal, y se basa en la teoría del desarrollo cognitivo de la conciencia emocional de Lane y Schwartz (1987). Los alexitímicos tienen un nivel bajo de experiencias emocionales diferenciadas e integradas. En ellos, la activación o arousal emocional se experimenta como algo global, amenazante y básicamente somático. Desde su punto de vista, el nivel de conciencia emocional aumenta con el desarrollo de capacidades progresivamente más sofisticadas para diferenciar e integrar los contenidos de la actividad mental.