El lenguaje simbólico ayuda mucho a trasmitir ideas, sobre todo si se apela a métodos sencillos fáciles de entender. Precisamente la simpleza, es una de las ventajas de este tipo de lenguaje, si se opta por lo complejo pierde su principal función.
El uso de las metáforas forma parte de la historia de la humanidad, su función en la psicología clínica avala la poderosa influencia del lenguaje en la relación de ayuda.
Más adelante os muestro una metáfora que sirve para promover la exposición y la aceptación de emociones, pensamientos, recuerdos y sensaciones asociados a un determinado conflicto que nos produce malestar. Es inevitable atravesar momentos de ansiedad, miedo, ira, etc.… producidos por cambios o situaciones adversas.
El miedo y la ansiedad que ocasiona la ruptura de la seguridad que vivías, la tristeza y el dolor por un acontecimiento penoso, la desesperanza, las obsesiones, el sentimiento de culpa o el desánimo por haber “vuelto a las andadas” no son síntomas anormales o un defecto personal, sino que tienen sentido y significado para reorientar los valores, vericuetos y caminos de la vida. Evitar estas emociones a toda costa, aparte de acrecentarlas y promover problemas donde no los había, nos pueden privar de ese sentido y significado.
Es imprescindible la aceptación emocional para poder recuperarse y pasar página.
Aquí os dejo la metáfora de Aceptar como la playa acepta las olas. Espero que os guste y sobretodo espero que os sirva.
Aceptar como la playa acepta las olas
“ Os invito a experimentaros como una playa extensa en la que mansamente acaban rompiendo todas las olas, en la que se va disolviendo de modo natural, sin necesidad de salir a combatirlas, a sujetarlas, a controlarlas, a eliminarlas. Cuando no las aceptas tal como vienen e intentas sujetarlas, es cuando más te pueden envolver. Lo mismo ocurre con esas emociones, ansiedad, rabia, tristeza que te hacen pasar momentos difíciles y que a veces tratas, sin conseguirlo, de combatir y eliminar.
Vas a imaginar que son olas que vienen a la playa de tu vida y que te hablan de los momentos difíciles por los que estás pasando, del conflicto que estás experimentando. Son señales de que eres sensible y de que el conflicto te está afectando. Déjalas que encuentren mansamente su sitio en tu playa para poder gestionarlas mejor.”