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¿Dónde se ha ido tu ilusión?

24 septiembre, 2015 carmen Sin categoría

ilusion

«La ilusión constituye una manera de vivir de unas personas determinadas: son esos hombres y mujeres que, de una forma habitual, encuentran diariamente motivos para ilusionarse, para hacer de cada jornada laboral, un día festivo.
Suelen ser personas de temperamento alegre, y parte de esa alegría les viene por su capacidad de ilusionarse, ya sea por un paseo o por el color de unas flores, da igual, porque cada una de estas manifestaciones de júbilo responden a una actitud básica de vivir su propia vida, de esa actitud «chispeante», de refrescante juventud, que les lleva a encontrar, en lo que otro tal vez ve la monótona repetición de un acto, una ocasión para disfrutar de la vida.
Todo el mundo quisiéramos hacer de nuestra vida una existencia ilusionada. La meta es difícil, pero al estar rodeada de un cierto hábito de magia y utopía se hace sumamente apetecible.
La ilusión está presente en los más variados ámbitos de nuestra vida, iluminándola y llenándola de alegría. Todos deseamos aprender de esas personas de vida ilusionada, de esas personas que han encontrado, a lo mejor sin saberlo ellas, el arte de vivir, y que lo manifiestan en el lenguaje vivo de sus ojos, en la frescura de su sonrisa, en esos olvidos de lo que para muchas personas constituye el tema central de sus conversaciones: enfermedades, accidentes, carestía de la vida, la ingratitud de los
jóvenes… y una larga letanía de tonos oscuros y de tristes musicalidades, en esos olvidos que tanto se agradecen y que nos ayudan a abrir los ojos a espacios abiertos, refrescantes como la luz que los ilumina.
Hace falta energía, grandeza de ánimo y finura de espíritu para hacer de la vida algo más que un producto a granel envuelto en papel de periódico (y a veces por la página de las esquelas). No siempre quizá lo consigamos, pero que debemos apostar por
este tipo de vida me parece una exigencia de nuestra condición de hombres; eso sí, se sobreentiende, después de haber superado los falsos idealismos y los planteamientos inmaduros.”

Este fragmento corresponde al brillante ensayo de Miguel Ángel Martí, La ilusión, EUNSA, Pamplona 1993, que obviamente, nos invita a vivir ilusionados.

Una situación que se repite en la consulta cuando a los pacientes les pregunto; «¿Qué te falta? ¿Qué necesitas?¿ Qué te hace falta incorporar?»… en muchas ocasiones, la respuesta coincide: «necesito recuperar la ilusión».
No sabemos muy bien de que se trata la ilusión, pero poder recuperarla es una especie de argumento o pócima mágica que utilizamos para intentar salir de un bache personal. Sin duda, la ilusión nos hace fuertes en el camino diario. Ver en el futuro cierta esperanza nos permite movilizar el presente. Es esa revolución interior de desear, aún sin saber los detalles de lo que queremos conseguir, es pues, lo que nos permite andar.

¿Cómo recuperar la ilusión?
La ilusión necesita unas motivaciones sanas, una vida ordenada y unos propósitos saludables, para no dejarla en manos del miedo de un futuro incierto, en el que podamos ir perdiendo las esperanzas y con ello, las ilusiones.

Ordenar nuestra vida y observar si falta algún estímulo, nos puede ayudar a recuperar la ilusión. A veces, la falta de ilusión se debe a alguna causa interna infundada por algún asunto pendiente no resuelto, a una depresión actual o pasada, el miedo a los cambios, la baja autoestima o al no creer en nuestras posibilidades, o tal vez estemos viviendo en un ambiente de estancamiento, de encarcelamiento emocional. Éstas y otras causas nos pueden influir enormemente en la falta de ilusión y en la pérdida del sentido existencial.

Cuando uno siente que la ilusión lleva tiempo sin aparecer y  no es capaz de recuperarla, es momento de recurrir a un profesional para que te guíe en el proceso.

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