Hace poco vi la película “Perdida” (Gone Girl) de David Fincher, un thriller psicológico con Ben Affleck y Rosamund Pike. ¡Me encantó! Para mí es una de las mejores historias de crimen que he visto nunca. Además, si me gustó tanto no fue sólo por pasar un buen rato de intriga sino porque refleja perfectamente qué es el idealismo y los efectos negativos que aparecen cuando bajamos a la persona del pedestal en el que se la colocamos.
Tener decepciones provoca comportamientos destructivos
Hay muchas personas que se autodefinen como idealistas, interpretando este rasgo como algo positivo, ya que les da la fuerza y la motivación para luchar por sus ideales. Experimentan grandes “subidones” cuando conocen una pareja nueva, empiezan un proyecto o planifican sus vacaciones. No sólo son capaces de apasionar a los demás con su entusiasmo sino que son sobre todo ellos mismos los que se dejan llevar a lo más alto con las ideas que ellos mismos se forjan.
Si tú mismo tienes tendencia a idealizar, sabrás de lo que hablo, habrás experimentado muchos de estos “subidones”. Sin embargo, también habrás comprobado que cada subidón está seguido inevitablemente de un bajón. Sabrás lo fácil que es pasar de la cima al fango.
Nuestras creencias irracionales nos llevan a las emociones dolorosas
Tanto tu pareja como tus hijos, tus amigos, tu familia, tu trabajo… pueden acarrearte una decepción. Incluso tú mismo puedes decepcionar a otro. Sin embargo, son sobre todo las relaciones amorosas quienes pueden hacerte sentir fácilmente decepcionado, puesto que es allí donde hay más expectativas idealizadas e irracionales a causa de las influencias de los cuentos de hadas, las canciones de amor y, claro está, Hollywood. “Son nuestras creencias irracionales las que nos llevan a las emociones dolorosas, dramatizadas y exageradas” explica Albert Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva.
Cuando te sientes engañado, te invade la ira
Entonces, cuando te topas con la realidad y surgen los primeros problemas en tu relación, cuando te das cuenta que tu pareja tiene poco o nada que ver con la idea romántica que te habías forjado de ella, te sientes engañado y, en consecuencia, te invade la ira. Sin embargo, “uno de los costes más corrientes de la ira, probablemente el más elevado de todos, es el daño que causa a nuestras relaciones personales” según Ellis. “Curiosamente, las relaciones que quedan dañadas suelen ser las mejores que tenemos.”
No hace falta que te conviertas en una persona conformista
Para evitar bajones, tanto en tu relación de pareja como en tu vida en general, y para evitar echarlo todo a perder por culpa de las decepciones, no hace falta que te conviertas en una persona conformista que acepte la mediocridad. ¡No se trata de eso! Lo único que te propongo es adoptar un punto de vista más realista y objetivo.
Disfruta de tu euforia sin aferrarte a ella
Piensa en un péndulo. Imagínate cómo se sitúa completamente a la izquierda cuando tienes un subidón y después se desplaza por completo a la derecha cuando te llega el bajón. Para evitar estos cambios de humor severos, trata de mirarte desde afuera. Disfruta de tu euforia pero de una manera relajada, sin aferrarte a ella. Sé consciente que se trata de un momento temporal que pasará, tan seguro como que el día sigue a la noche, o la primavera el verano. Pase lo que pase en tu vida, no dejes que afecte a tu verdadero ser, ni en lo bueno ni en lo malo. Así te garantizo que tu felicidad pasajera se convertirá en un bienestar mucho más estable y realista.