Los trastornos de la personalidad son problemas tan frecuentes como graves que afectan enormemente a la persona que los sufre y a su entorno. Además, son patologías no del todo conocidas por los profesionales de la salud mental, lo que ocasiona no pocos inconvenientes cuando las personas afectadas solicitan ayuda; de hecho, lo más habitual hasta que llegan a un psicólogo o psiquiatra especializados es que efectúen un auténtico «peregrinaje» en busca de alguien que las entienda.
Un trastorno de personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia y comportamiento que se aparta de lo que se considera habitual en la cultura del sujeto que lo padece y que se manifiesta en la forma de percibir el mundo que le rodea, la afectividad, las relaciones interpersonales y el control de los impulsos.
Tipos de Trastornos de Personalidad
Se distinguen diez tipos de trastornos de personalidad, reunidos en tres grupos, por las similitudes de sus características:
Grupo A: Raros o excéntricos:
Este grupo de trastornos se caracteriza por un patrón penetrante de cognición (por ejemplo sospecha), expresión (por ejemplo lenguaje extraño) y relación con otros (por ejemplo aislamiento) anormales.
- Paranoide (desconfianza excesiva o injustificada, suspicacia, hipersensibilidad y restricción afectiva)
- Esquizoide (dificultad para establecer relaciones sociales, ausencia de sentimientos cálidos y tiernos, indiferencia a la aprobación o crítica)
- Esquizotípico (anormalidades de la percepción, del pensamiento, del lenguaje y de la conducta, que no llegan a reunir los criterios para la esquizofrenia)
Grupo B: Dramáticos, emotivos o inestables:
Estos trastornos se caracterizan por un patrón penetrante de violación de las normas sociales (por ejemplo comportamiento criminal), comportamiento impulsivo, emotividad excesiva y grandiosidad. Presenta con frecuencia acting-out (exteriorización de sus rasgos), llevando a rabietas, comportamiento auto-abusivo y arranques de rabia.
- Antisocial (conducta antisocial continua y crónica, en la que se violan los derechos de los demás, se presenta antes de los 15 años y persiste en la edad adulta)
- Límite (inestabilidad en el estado de ánimo, la identidad, la autoimagen y la conducta interpersonal)
- Histriónico (conducta teatral, reactiva y expresada intensamente, con relaciones interpersonales marcadas por la superficialidad, el egocentrismo, la hipocresía y la manipulación)
- Narcisista (sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y admiración, explotación interpersonal)
Grupo C: Ansiosos o temerosos:
Este grupo se caracteriza por un patrón penetrante de temores anormales, incluyendo relaciones sociales, separación y necesidad de control.
- Evitativo (hipersensibilidad al rechazo, la humillación o la vergüenza; retraimiento social a pesar del deseo de afecto, y baja autoestima)
- Dependiente (pasividad para que los demás asuman las responsabilidades y decisiones propias, subordinación e incapacidad para valerse solo, falta de confianza en sí mismo)
- Obsesivo-compulsivo (perfeccionismo, obstinación, indecisión, excesiva devoción al trabajo y al rendimiento; dificultad para expresar emociones cálidas y tiernas)
Es frecuente que las personas con trastorno de personalidad presenten al mismo tiempo varios trastornos pertenecientes a grupos distintos.
¿ Cuáles son los síntomas de los Trastornos de Personalidad?
El trastorno de personalidad provoca una gran inestabilidad afectiva y conductual, que altera y perturba muchas áreas de la vida (formativa, laboral, afectiva, relacional) del paciente y de las personas con las que convive. Puede haber otras complicaciones asociadas, como trastornos del estado de ánimo, de la alimentación, drogodependencias, etc., que agravan el problema.
La desviación del comportamiento debe ser de larga evaluación, no se limita a episodios concretos. Para efectuar un diagnostico de trastorno de personalidad hay que descartar que el patrón de comportamiento sea atribuible a una manifestación o una consecuencia de otro trastorno mental ni a los efectos fisiológicos directos de una sustancia ni a una enfermedad.
Tratamiento de los Trastornos de Personalidad
El tratamiento de estas patologías es largo y complejo, pero es imprescindible para mejorar la calidad de vida del sujeto. Más que hablar de «curación», al ser problemas arraigados en la personalidad cabe hablar de mejora o de una mayor adaptación a los demás y a las exigencias cotidianas, objetivo que es posible siempre con un buen profesional y con la adecuada motivación en la terapia. En este sentido, siempre que el paciente confíe en el terapeuta y se muestre convencido y dispuesto a trabajar para mejorar, se consiguen resultados desde aceptables hasta extraordinariamente positivos.
El principal tratamiento de estos problemas es el psicológico, la psicoterapia. Esto es completamente normal ya que lo afectado es la personalidad en sí, por lo que se requiere un profundo análisis del paciente, de su forma de proceder, de relacionarse con los demás y consigo mismo, de su manera de pensar, etc. Una vez realizado este análisis, se establecen una serie de objetivos de conformidad con el paciente, objetivos que persiguen un «cambio de chip», una forma de comportarse distinta a la habitual.
Los fármacos son una ayuda interesante en algunos casos. Lamentablemente su eficacia es más bien modesta. Sirven como un «alivio sintomático» (por ejemplo, para los síntomas de ansiedad, depresión, impulsividad…). Desafortunadamente, no existen pastillas para la suspicacia, la timidez, la necesidad afectiva, la baja autoestima, los sentimientos de inferioridad, etc.