¿Es obligatorio ser feliz en Navidad? ¿Debemos acudir a todos los compromisos sin falta? ¿Por qué las Fiestas nos producen estrés?
La Navidad se “vende” como una época de felicidad y alegría. Sin embargo en muchas personas se desencadenan alteraciones del estado de ánimo que son todo lo contrario: tristeza, nostalgia, ansiedad,… y en muchas familias incluso acaban surgiendo conflictos indeseados.
La Navidad lleva a recordar todo tipo de pérdidas, revivir viejas rencillas familiares o el balance de logros y fracasos; situaciones que dan vida a una espiral de ansiedad que muchas veces se torna insoportable. Las reuniones familiares y de empresa, las ausencias y la presión de las compras del mes de diciembre aumentan el estrés y la ansiedad.
Las personas con trastornos de ansiedad pueden agobiarse en estas fechas porque hay más situaciones de interacción con desconocidos y con un grupo familiar ampliado. Puede que, con gran dificultad, nos expongamos a las reuniones, directamente las evitemos o debamos inventar excusas, con el aumento de tensión emocional que esto implica.
Encontrarse con otros con quienes no hay contacto el resto del año, la ausencia de un ser querido, el cambio de las rutinas pueden convertir a las fiestas en un calvario para personas con predisposición a sufrir trastornos afectivos y lo que podría ser motivo de festejo familiar se transforma en una espiral con capacidad suficiente para llevar la ansiedad a niveles patológicos. Habrá que sumar el tema del consumo casi compulsivo en un entorno de crisis económica. Una conclusión un tanto obvia nos lleva pensar que esa búsqueda del no “displacer”, de evitar la tristeza en todas sus formas, está destinada al fracaso.
Estos días se estresará aquél que tiende habitualmente a querer controlar todo, evitar todo tipo de conflictos y rumiar viejos rencores. Por lo tanto, trata de sentirte sujeto de la propia historia y de aprovechar estas fechas para reconocer los propios logros y recordar que en unas semanas todo volverá a la normalidad.
Cómo afrontar la Navidad positivamente
· Escúchate y organízate tus Navidades en función de tus necesidades y prioridades sin dejarte llevar por lo que se supone que se debe hacer.
· Acepta la situación en la que te encuentras, ya sea sin pareja, separado, desempleado, distanciado de los tuyos… y sácale el máximo partido, dentro de tus posibilidades.
· No idealices las Navidades, ni generes expectativas. Intenta mantenerte en la normalidad y seguir con tu día a día. Siempre tendrán la importancia que tú les quieras dar.
· Analiza lo positivo que tiene tu vida, valora lo que tienes (familia, amigos, trabajo, ilusiones, proyectos…).
· Céntrate y sé agradecido por lo que tienes en lugar de lamentarte por lo que no tienes.
· Disfruta de tu tiempo libre haciendo las cosas que no puedes hacer cuando trabajas.
· Relativiza los problemas, sé realista y procura adquirir cierta perspectiva de los acontecimientos.
· No te sobrecargues de responsabilidades.
· Organízate y evita el agotamiento mental que producen las compras, los regalos, las comidas, etc.