Es viernes, llega el fin de semana, así que aprovecho este post para hablar de una de mis pasiones: el cine.
Que la psicología y el cine han ido de la mano desde siempre, no es nuevo. La psicología forma parte de proceso creativo de una película, desde la construcción de los personajes, la interpretación actoral, la comunicación de emociones, etc. Y por su parte, la psicología es consciente de la herramienta tan valiosa que supone el cine, por eso cada vez es más utilizado el cine como un recurso que puede ser de ayuda en el proceso terapéutico.
He elegido una película muy buena que trata un trastorno mental bastante curioso que os recomiendo ver este fin de semana: K-PAX.
K-PAX es una película de ciencia ficción estadounidense de 2001 dirigida por Lain Softley y protagonizada por Kevin Spacey (paciente) y Jeff Bridges (psiquiatra). La mayoría de la película transcurre en un hospital psiquiátrico. Kevin Spacey uno de los pacientes declara ser de otro planeta. Su médico intenta ayudarle y hacerle volver a la realidad. Es increíble como a lo largo de su estancia en el hospital, Prot hace dudar al mismísimo doctor, así como al resto del personal del centro y los pacientes sobre su verdadera identidad, demostrando conocimientos sobre el campo de la astronomía que ningún ser humano conoce, así como ayudando a los pacientes del centro a curarse de sus enfermedades mentales.
TRASTONO MENTAL DE LA PELICULA
El trastorno que sufre Prot es un Trastorno Disociativo denominado FUGA DISOCIATIVA, se caracteriza por la pérdida de identidad o asunción de otra identidad falsa. La alteración esencial consiste en viajes repentinos e inesperados lejos del hogar con incapacidad para recordar el pasado del individuo haciendo uso de la nueva identidad.
Generalmente el paciente empieza a vagabundear durante algunos días, olvidando su vida pasada y sin conciencia de que esté padeciendo amnesia. Sólo cuando regresa a su identidad verdadera recuerda el tiempo anterior a la fuga.
El inicio suele estar asociado a un acontecimiento estresante, siendo la mayoría de las veces episodios únicos con una recuperación rápida.