Para algunos expertos esta actitud se ha convertido en una epidemia del siglo XXI.¿En qué consiste el miedo al compromiso?
En principio el miedo no es algo negativo, se trata de un mecanismo de defensa que crea nuestra mente cuando percibimos una situación de riesgo. Ahora bien, cuando la situación de supuesto riesgo se produce ante un estímulo positivo (amor) , se trata de un miedo irracional y éste siempre tiene como base una inseguridad.
¿Por qué surge el miedo?
Digamos que nosotros nos hemos creado una especie de burbuja de bienestar, a nuestro modo y semejanza. El miedo aparecerá cuando vemos peligrar dicha burbuja, es decir, cuando creemos que va a producirse un cambio que pueda desestabilizar nuestra seguridad. Si consideramos una relación como algo que nos quita (pérdida de intimidad, compartir tiempo de descanso, estar al pendiente del otro, etc.) y no que nos aporta (amor, compañía, bienestar, etc.), entonces es cuando aparece el miedo.
El miedo pone en la balanza los recursos que uno tiene y aquello que tenemos que afrontar. Cuando se produce un desajuste en esta balanza, es cuando se hace presente. Por tanto, es una cuestión de inseguridad y de no conocerse bien a uno mismo, lo que conlleva malestar y frustración.
¿Qué suele pasar cuando uno no sabe reconocer sus propias capacidades y habilidades emocionales? Tiende a evitar aquello que despertó su alarma de amenaza inminente. No deja de ser una mala adaptabilidad a los cambios, que por otro lado anhelamos, pero que nos cuesta reconocer. Nos vemos como frágiles o débiles y nos ponemos una coraza para supuestamente no nos puedan tocar, pero obviamos lo más importante: la amenaza somos nosotros mismos, no el entorno.
¿Cómo suelen actuar?
En el terreno emocional suelen ser personas muy atractivas, grandes conquistadores, ya que tienen esa necesidad de tener una relación estable, por su carencia afectiva. Por el contrario, cuando ya se ven dentro de la relación empieza el miedo y se crean situaciones de confusión en sí mismo y en el otro. Es aquí cuando se produce el conflicto que mencionaba anteriormente, la mente empieza a crear pensamientos de alerta porque no soporta las propias incongruencias (no es la persona que busco, no va a poder ofrecerme lo que quiero, no voy a cumplir sus expectativas, en verdad no quiero tener una pareja estable, aún me quedan muchas cosas que experimentar y que no podría hacer si estoy en pareja, etc.).
La falta de estrategias y de conocimiento sobre uno mismo hace que se busque justificación a la propia inseguridad y temores. Al final como no se tienen las capacidades para asumir el miedo y gestionar el malestar, se buscará romper la relación para recuperar la estabilidad y huir del descontrol.
¿Cómo afrontar el miedo al compromiso?
El primer paso es admitir que tenemos unas limitaciones emocionales en las que tenemos que trabajar. Evaluando las verdaderas necesidades y arriesgándonos a afrontar los miedos, éstos desaparecerán. Por tanto, una buena autoestima es la base de todo.
Al miedo se le vende encarándolo. Hay una frase de Jiddu Krishnamurti que dice “Haz lo que temes y el temor morirá”, pues así mismo es. Para ello nos vamos a servir de una serie de estrategias:
- Vamos a afrontar aquello que no da miedo, huir no soluciona el problema.
- Hemos de ir introduciendo pequeños cambios que poco a poco ayuden a la mente a entender que seguimos teniendo el control de la situación, ya que como es lo que más nos asusta hay que educarla.
- Vamos a valorarnos, esto fortalecerá la seguridad en las acciones y decisiones que tomemos. Por tanto necesitamos hacer un reconocimiento positivo de nuestras capacidades y limitaciones, ya que una limitación no es algo negativo, se necesitan de ambas para encontrar el equilibrio, el bienestar.
- Empieza a expresarte emocionalmente, sobre todo la parte negativa de nuestro malestar. De esta manera reduciremos tensiones y por tanto nos relajaremos más. Si al principio cuesta hacerlo con otras personas, escribiéndolo se puede empezar uno a entrenar, además de que nos sirve para reflexionar.
- La clave de toda buena relación es la comunicación y la confianza, sin ellas no hay pareja que sobreviva de una manera sana. Por lo que el objetivo tiene que ser lo que se conoce como asertividad, es decir, decir en todo momento lo que se piensa y siente sin entrar en herir a nuestro interlocutor, en este caso nuestra pareja.
Merece la pena hacer el intento de superar el miedo ¿no creéis? ¿Qué supone pasar un mal rato cuando la compensación es eterna? Es posible vencerlo, el único requisito para que el resultado sea exitoso es que la persona que lo sufre lo reconozca.