La necesidad de afiliación (necesidad de compañía), está estrechamente relacionada con nuestra supervivencia. Las relaciones interpersonales de todo tipo: familiares, de amistad, de pareja, etc. son un elemento esencial de la vida social. Si no mantuviéramos estas relaciones, los seres humanos no podríamos sobrevivir desde un punto de vista estrictamente biológico.
Además, la falta de pertenencia a un grupo, produce una grave privación y, consecuentemente, puede generar una gran variedad de trastornos. Hay una relación directa entre la calidad de las relaciones interpersonales y el bienestar de las personas, y entre la soledad y los niveles bajos de autoestima o la falta de habilidades sociales. Así pues, mantener una buena red social, familiar…etc., va a ser determinante para nuestra adaptación y nuestra salud.
En el mundo occidental, supuestamente, se disfruta de libertad a la hora de elegir a nuestra pareja, así, nos vinculamos afectiva y sexualmente a aquella persona de la que nos enamoramos. Por tanto, esta elección se fundamenta en la idealización del amor romántico. Esto es, aquel amor que se supone: eterno (para toda la vida), exclusivo (solo me va a querer a mí y a nadie más), e incondicional (me va a querer a pesar de todo).Esta creencia en el amor romántico va a acrecentar el desencanto y la frustración en cuanto aparezcan los primeros problemas importantes en la relación. Cuando la pareja lleven juntos un tiempo determinado, entonces cada miembro comenzará a percibir al otro con más objetividad. Es en este periodo, cuando se aprecian los defectos de cada miembro y las diferencias entre ambos, y es durante esta etapa, cuando deben producirse los primeros ajustes y salvar los primeros obstáculos para favorecer el progreso y la continuidad en la relación.
A lo largo de cualquier relación de pareja, las prioridades de cada miembro y por tanto, lo que esperan de la relación, va cambiando según acontecen diferentes situaciones. La capacidad de flexibilidad y acomodación de cada miembro respecto a las necesidades actuales de su pareja va a ser decisiva para el mantenimiento de la armonía conyugal. La relación de pareja va a ser dinámica y van a acontecer cambios en el entorno, en las necesidades de ambos, en las prioridades de cada uno de los miembros…etc.
Un vínculo es la unión de una persona con un determinado objeto o persona, esto es, el tipo y grado de relación que mantiene con ella. Dentro de la relación de pareja pueden combinarse algunos de los siguientes tipos de vínculos:
Vínculo sexual: éste se fundamenta en la relación sexual propiamente dicha. La formación de este vínculo no precisa de ningún compromiso ni planes de futuro y no es deseable que aparezca implicación emocional cuando el vínculo que impera en la relación, al menos por parte de uno de sus miembros es de naturaleza sexual. Cuando el nexo de unión en un principio es solo el sexo, si algún miembro se implica emocionalmente, puede que acabe sufriendo por un amor no correspondido.
Vínculo económico: este tipo de vínculo se fundamenta en el beneficio económico que puede aportar la relación a uno o a ambos miembros. Este vínculo proporciona sentimientos de tranquilidad y estabilidad en cuanto la provisión de bienes materiales.
Vínculo emocional: se caracteriza por la conexión emocional entre ambos miembros de la pareja. Su característica principal son: las frecuentes muestras de empatía, el acuerdo y el entendimiento entre ambos miembros. En la relación de pareja cobra una gran importancia el vínculo emocional, este conlleva implícita la idea de permanecer a lo largo del tiempo al lado de la otra persona y el deseo de la consecución de proyectos en común. Implica conocer al otro miembro, saber cuales son sus proyectos, sus sueños, su forma de pensar..etc. También permite la expresión de nuestros sentimientos y nuestros problemas, facilita que confiemos plenamente en el otro miembro y permite la aparición de un alto grado de intimidad y compromiso respecto al otro miembro.
Vínculo de poder: este vínculo se fundamenta en el ejercicio de la dominancia de un miembro de la pareja sobre el otro. Una relación de pareja basada en esta vinculación se caracterizará por una marcada desigualdad entre ambos miembros. La relación basada en este tipo de vínculo, puede resultar altamente nociva para uno o ambos miembros debido a la marcada asimetría que implica en la distribución de los recursos y por tanto, la diferencia exagerada en el grado de poder que un miembro tiene sobre el otro miembro. La relación de pareja debe basarse en la igualdad, la independencia individual y la libertad de elegir, el consenso y la cooperación y nunca debe fundamentarse en imposiciones ni manipulaciones.
Vínculo cultural: este vínculo se basa en el grado de afinidad que hay entre ambos miembros en diferentes aspectos como, las creencias religiosas, el nivel socio-cultural que poseen, la procedencia social y geográfica, la educación recibida o los valores morales.
Una vez leídos los vínculos más comunes que se dan en las relaciones de pareja, puedes pararte a pensar cuál es el que existe entre tu pareja y tu; y si crees oportuno cambiarlo, debes saber que es posible trabajar en la relación para conseguir alcanzar el tipo vínculo deseado.