Hay cosas que te son imposibles, que tú no puedes controlar, no importa el deseo ni las ganas que le pongas, así qué… ¿qué sentido tiene perseguir algo o a alguien que ya ha escapado de tu control? se ha ido, ya no está, y ya no quiere estar ¿para qué seguir insistiendo o esperando?
Eso de que si miras fijamente el teléfono, mientras piensas en él y repites su nombre te llamará es mentira! Reacciona. Despierta. C’est fini. ¿ Qué opinaríais de alguien que pataleara y se retorciera de rabia porque llueve? ¿ No sería mejor, sacar el paraguas, que lloriquear en pijama por las esquinas protestando contra el mal tiempo?
Aprender a “perder” es la capacidad de tiene una persona para discernir qué depende de uno y qué no, cuándo insistir y cuándo dejarse llevar por los hechos. No tiene mucho sentido “convencer“ a alguien de que te quiera, pero si puedes despejar tu mente para dejar entrar a una persona que se sienta feliz de amarte. Es mejor que emplees cada gota de energía y sudor en sanar tu alma que invertirla en lamentarte por lo que podría haber sido y no fue.
Los que se quieren a sí mismos, los que tienen una autoestima alta, emplean esta frase afirmativa y muy saludable:” Si alguien no me quiere, no sabe lo que se pierde”. Todos hemos conocido a muchas personas que fueron abandonas y con el tiempo terminaron agradeciendo la ruptura porque encontraron a alguien mejor para ellos.
Aunque nos gustaría, no existen fármacos para este tipo de dolor, no hay nada contra el desconsuelo, la decepción, la tristeza, el miedo o la rabia. El duelo por la pérdida de la persona amada hay que hacerlo. Hay que soportarlo y resistir. Hay que mentalizarse que en los próximos cuatro o seis meses vas a estar subida en una montaña rusa, a veces creerás que estás en lo más alto y que ya has vencido al sufrimiento, pero otras, te sentirás en pleno loop muerto de miedo queriendo bajar. El secreto: aguantar y no bajarse.
Para aquellas mujeres que sufren por un mal de amor, mujeres enganchadas a relaciones imposibles, destructivas. Mujeres que lloran por un amor perdido o sin futuro. Mujeres fieles a parejas intermitentes. Amores furtivos, prohibidos, clandestinos. Mujeres extraordinarias que se transforman en niñas enfermizas si un hombre no las llama. Mujeres que son fuertes ante todos los retos de la vida, excepto para resguardarse de quien las quiere mal. Mujeres dispuestas a esperar y esperar, engañadas, traicionadas, en definitiva malqueridas. Les recomiendo “ Mujeres malqueridas” de Mariela Michelena.
…que bien me hubiera venido tener esto claro hace un tiempo!…y que lectura hay para Hombres malqueridos;)!!…o el hombre se salva de esa conducta?
Javi, tienes toda la razón tomo nota!!
Muchas gracias Javi por tu comentario. Es muy acertado tu apunte y aprovecho para explicar que Mujeres u hombres; da igual. No hay diferencia cuando se trata de querer mal.
Hay que escapar de las relaciones dañinas, que desgastan y consumen lentamente. Alejarse de las personas que manipulan y engañan. Aprender a detectarlas para no permitirles entrar en tu vida. Saber decir NO a una relación tóxica.
Como dice Mariela Michelena, “ Se trata de amores que suelen quedar un poco estrechos de cintura y holgados de espalda. Amores que son de otra talla, que no le sientan bien a nadie, y que, no obstante, insistimos en llevar a cuestas a pesar del sufrimientos que nos supone”.
En estas ocasiones, cuando permitimos que nos “quieran” mal o mejor dicho, cuando permitimos que nos traten mal, es porque nuestra autoestima está dañada y es necesario trabajar para recuperarla.